"Los hijos de la noche"

Por Rolando Hanglin

Pensándolo bien: ¿Qué tiene que hacer un chico de 16 años, a las cinco de la madrugada, en las inmediaciones de la Ruta Panamericana , después de bailar en Pachá? ¿Qué tienen que hacer todos nuestros hijos adolescentes, de 12 a 19 años, en boliches donde se fuma, se bebe alcohol, se estropea el oído, se gritan insensateces y en cualquier momento se muere en la humareda de un incendio, o a manos de los desalmados que abundan a esas horas?
No son horas.
La clase media argentina, tradicional reserva de talentos que ha producido a Domingo F. Sarmiento, a Juan B. Alberdi, a Juan B. Justo, a René Favaloro, a Luis Sandrini, a Ricardo Lorenzetti, a Gerardo Sofovich, debe buscar en sus entrañas y lanzarse a una profunda mutación.
De vuelta al estudio, el trabajo, el ahorro. Como ha sido siempre, antes.
Los adolescentes no tienen ninguna necesidad de bailar. No es uno de los derechos humanos. La prueba está en que, si se le impide dormir a una persona, enloquece y muere. En cambio, se lo deja sin bailar y sigue contento y feliz. No pasa nada.
Si los teenagers quieren reunirse, pueden hacerlo en las casas de familia, como ha sido siempre. Con la música bajita, porque los vecinos descansan. Sin fumar ni beber. Hasta las doce de la noche. Y después, a dormir. ¿Cuál es el problema? Dormir es sano y necesario, porque mañana hay que levantarse a las 8 para jugar al rugby, o al hockey, o al fútbol, o repasar una materia. Como ha sido siempre y como sigue siendo en países serios como Canadá, Japón o Inglaterra.
¿Que la industria de la noche es un negocio lícito y produce ganancias importantes? Perfecto, que los señores de la noche hagan su negocio, como hasta ahora. Pero sólo para adultos. Que llegan en su auto y, si quieren, con su chofer. Por mí pueden emborracharse hasta quedar catatónicos: pero entre cuatro paredes y siendo mayores de 21 años. En la calle y manejando: no.
Nuestros hijos no deberían alquilar una Combi (en realidad, la pagamos nosotros) para llegar al boliche a las 2 de la mañana con la sagrada misión de "cagarse de risa" hasta las 5 y media. Es una locura. Es tentar a la desgracia. No lo permitamos.
La verdad que no confesamos es que nuestros hijos de 15 años salen de noche y beben aunque esté prohibido, porque existen "salones de fiestas" que son discotecas encubiertas, y en nuestro medio es fácil burlar la ley. Sobre todo si los padres no sabemos decir que no, cuando nuestros encantadores mocosos nos rezongan que "todos tienen permiso", "todos van", "todos lo hacen", "soy el único tarado", "soy la única pavota". Entonces, todos los viernes y sábados hay un cumpleaños, una despedida, un fin de curso, un recital, una fiesta del colegio tal o del liceo cual. En resumen, los adolescentes borrachos y circulando por las rutas hasta el amanecer.
Los "viajes de egresados" son un invento maldito. Primero: los chicos no han egresado de ninguna parte. Apenas acaban de terminar malamente un año, y deben rendir materias. No están egresando. No tienen por qué viajar. Y menos a Bariloche u otros sitios, lejos del control de sus padres, con el exclusivo propósito de producir aturdimiento, ebriedades, desórdenes sexuales y destrozos en los hoteles. ¿Cuál es la idea y quién la instaló?
La verdadera fiesta de egresados es, originariamente, un hecho institucional: se trata de un acto en el cual los alumnos que terminan su secundario presentan a sus familias, reciben sus diplomas, se despiden del colegio y, a veces, bailan. Todo supervisado por el rector y los profesores. Punto.
La nocturnidad adolescente es una creación siniestra que lleva la marca argentina en el orillo, porque ninguna sociedad del mundo la permite. Ni los católicos, ni los socialistas, ni los neoliberales, ni los protestantes... ¡No hablemos de los islámicos!
Mediante la nocturnidad, hemos establecido que los jóvenes se van de sus casas, después de descansar un rato, a las dos de la mañana. Llegan como pueden a las proximidades de una discoteca. Por lo general, están borrachos al arribar a la puerta, debido a la simpática "previa". En esas largas filas de espera, hay chicas que venden "petes" o "besos por un peso", para pagar la entrada, otras que exhiben el documento de la hermana mayor para que las dejen pasar, y no faltan los muchachitos que vomitan en la vereda o caen desvanecidos. Frecuentemente, se pegan e insultan. A la salida, en la desbandada del amanecer, ocurren las desgracias.
De la juventud del "amor y paz", sonrisas alucinadas, pies descalzos, un porrito, el sonido de voces y guitarras, el sexo libre (pero sano y sin violencia) hemos pasado en pocos años a esta cabalgata de barras bravas, haciendo "pogo". Sin embargo, son las mismas edades adolescentes, con las mismas caras puras y cuerpos vírgenes. ¿Cómo fue? ¿Cómo hicimos la metamorfosis de "una chica moderna" a "un gato"?
Naturalmente, a la madrugada, los padres yacen desmayados en sus camas. Hoy día se trabaja mucho. No se les puede pedir a papá y mamá que arranquen el auto o pidan un remise a las 6 de la mañana para salir a campear a los hijos e hijas por los inmensos bailables del conurbano. Físicamente, no pueden. Se ha creado así un mundo aparte, un universo de adolescentes completamente separados de sus familias. El mundo del alba es uno, el de la noche es otro. Los chicos viven de noche y duermen de día. Duermen en el colegio, en la playa, en la iglesia y en sus casas. Duermen, duermen, duermen. Cuando despiertan, se sientan frente a la computadora, frotándose los pelos, a leer disparates, o se aferran al celular para enviar mensajes de texto donde todo se escribe sin hache y sin acento.
Cuando nosotros no estemos: ¿De qué van a vivir estos adolescentes, que a los treinta años todavía están meditando sobre "cuál es mi verdadera vocación"? ¿Cómo se ganarán el pan, vendiendo drogas?
Hemos hecho un estropicio. Nosotros, los padres de clase media.
Dicen que toda persona tiene derecho a poseer un sueño. Yo, por de pronto, tengo el mío. Una juventud sana, que salga del ruido, la noche, la droga, la ignorancia y lo "divertido". Que se entregue al día, al silencio, al estudio, al deporte, a la cultura, a la familia.
Alguno me dirá que este es el mismo ideal de "Mi hijo el dotor", que escribió Florencio Sánchez en 1930. Sí, es lo mismo. ¿Alguien tiene una idea mejor?
(Dedicado a la memoria de Florentino Sanguinetti, severo profesor y respetado rector de un gran colegio).
Fuente: Diario La Nación

¿Farinello o Wright?

Circula y se reedita la publicación de una Oración, actualmente atribuida al Padre Luis Farinello que, supuestamente había sido expresa en la apertura del 129 Período Ordinario de Sesiones del Congreso Nacional del año 2011.
Palabras precisas que expresan el sentir de una parte de la población que se apena de la vigencia del "todo vale".
Si bien mantienen gran similitud con las expresadas por el Pastor Joe Wright, ante el Senado de Kansas el 23 de enero de 1996, no por ello pierden vigencia sino que resignifican su permanente actualidad.
Desde entonces, esta oración circula y es publicada en la web en distintos sitios.
A continuación transcribimos el texto atribuído al Padre Farinello y el video con la palabra del Pastor Joe Wright.
Señor, venimos delante de Ti este día para pedirte perdón y para pedir tu dirección. Sabemos que tu Palabra dice:
Maldición a aquellos que llaman "bien" lo que está "mal" y es exactamente lo que hemos hecho.
Hemos perdido el equilibrio espiritual y hemos cambiado nuestros valores.
Hemos explotado al pobre y hemos llamado a eso ”distribucion de la riqueza".
Hemos recompensado la pereza y la hemos llamado "Planes Sociales".
Hemos matado a nuestros hijos que aun no han nacido y lo hemos llamado "la libre elección".
Hemos dejado que maten y roben y lo hemos llamado ”derechos humanos".
Hemos sido negligentes al disciplinar a nuestros hijos y lo hemos llamado "desarrollar su autoestima".
Hemos sido corruptos y abusado del poder y hemos llamado a eso: "Política".
Hemos codiciado los bienes de nuestro vecino y a eso lo hemos llamado "tener ambición".
Hemos contaminado las ondas de radio y televisión con mucha grosería y pornografía y lo hemos llamado "libertad de expresión".
Hemos ridiculizado los valores establecidos desde hace mucho tiempo por nuestros ancestros y a esto lo hemos llamado "obsoleto y pasado".
¡Oh Dios!, mira en lo profundo de nuestros corazones; purifícanos y líbranos de nuestros pecados. Amén."

Peligro de tercera guerra mundial

Entrevista a Michel Chossudovsky
Catedrático de la Universidad de Ottawa (Canadá) e investigador sobre  Mundialización
(13/09/2010)


Medio Oriente: El abrazo del diablo

por Jorge Gómez Barata

El triunfo sobre el fascismo en la II Guerra Mundial, abrió una época magnifica para una parte de la humanidad que hasta entonces había sido no sólo oprimida sino también relegada y excluida, entre otra cosas del progreso político mediante el cual muchos pueblos, unos más que otros, avanzaron hacia la democracia con participación popular.

De regreso de la barbarie, el racismo, la intolerancia y la exclusividad ideológica nazi, con las potencias coloniales debilitadas, las ansias de libertad facilitaron el proceso de descolonización en Asia, África y el Oriente Cercano.

El despegue de las fuerzas liberadoras y de los estados recién surgidos fue impresionante y magnifica la coherencia de sus vanguardias, que asumieron la unidad como un credo. A la Unión Soviética, que entonces parecía una alternativa al capitalismo, al colonialismo y al neocolonialismo, se sumó en 1949 la República Popular China.

Los líderes de los países que accedían a la independencia, en su mayoría formados en entornos próximos a las izquierdas europeas, se empeñaron en búsquedas que enriquecieron el pensamiento y la práctica política: un nacionalismo de nuevo signo, socialismo árabe y africano y la “vía no capitalista de desarrollo”, fueron algunas de ellas. El empuje afroasiático se completó con el triunfo de la Revolución Cubana, que atrajo aquel ambiente a la América Latina.

En aquel entorno nació el concepto de Tercer Mundo; la ONU que había sido fundada por 50 países europeos y latinoamericanos creció hasta sobrepasar los 100 estados; la Liga Árabe (1945) y la Organización de la Unidad Africana (1963) abrieron cauces institucionales al protagonismo internacional de los excluidos. Eventos como la Conferencia de Bandung (1955) y el nacimiento del Movimiento de Países No Alineados (1955) completaron lo que parecía ser un esquema ganador.

Los años sesenta fueron la época prodigiosa no sólo por los Beatles y Elvis Presley, fenómenos culturales que cambiaron el modo de cantar y bailar de la humanidad, sino por el debut de 50 nuevos estados y por la presencia de líderes que rompieron la monotonía de la Guerra Fría: Nasser, Sukarno, Fidel Castro, Amed Ben Bella, Tito, Kennedy, Martin Luther King, Leopold Senghor, Habib Burguiba, Sekou Toure, Félix Houphoüe-Boigny, Sirimavo Bandaranaike y también Muammar al Gaddafi, cada uno de ellos, desde posiciones y enfoques particulares, articularon una gran cruzada por la liberación nacional, la independencia, la revolución, la democracia y el socialismo.

Gaddafi que a fines de los años sesenta, inspirado en el nacionalismo, el panarabismo y el socialismo de matriz árabe impulsado por Gamal Abdel Nasser, pareció haber comprendido que en el Levante no bastaba con gobiernos mejores que los colonialistas sino que era preciso trascender los límites impuestos por el califato y el tribalismo y avanzar hacia la constitución de estados modernos y de orientación socialista, paulatinamente cedió terreno, se desmintió, incurrió en errores e hizo concesiones a las que un líder de perfil revolucionario no puede sobrevivir.

Cuando en una de sus teatrales acciones Gaddafi renunció a la idea de gobernar una república con instituciones, leyes y prácticas más o menos estándares y creó la Al-Jamahiriyya al-'Arabiyya al-Libiyya ash-Sha'biyya al-Ishtirakiyya al-'Uzma, un país con nombre impronunciable, sin parlamento, instituciones, sin provincias ni leyes, en el cual en lugar de trascender el primitivismo; el tribalismo y las oligarquías familiares fueron consagradas. Libia es hoy un país gobernado por una arcaica estructura de poder.

Debido al rechazo a las formas de la democracia tradicional, también llamada liberal y muchas veces considerada patrimonio de la burguesía, muchos vimos o creímos ver en aquel cambio, un hallazgo propio de la cultura árabe, cuando en realidad se trataba de un engendro peor que el califato y más insólito que los estados teocráticos y que ahora estalla en el caos del tribalismo y el nepotismo.

Entonces nada de eso ni otros problemas internos interesaban a occidente que quemaba petróleo libio y guardaba en sus bancos las fabulosas fortunas generadas por el crudo. Parte de aquel dinero era invertido en empresas, bancos y clubes de futbol europeos, principalmente italianos y alemanes y gastadas a cuerpo de rey por funcionarios libios, parientes de la familia gobernante y elementos de afines.

Los días cuando Berlusconi besaba la mano de Gaddafi y los empresarios y banqueros europeos hacían fila en los despachos de Trípoli para promover inversiones de Libia en Europa y ganar licitaciones en el estado norafricano han pasado; a los ojos de Europa, de Estados Unidos y del mundo Gaddafi sólo tiene defectos.

La insólita decisión del Consejo de Seguridad de “impedir viajar” al ex líder libio y las gestiones por crear una “zona de exclusión aérea” deja a Gaddafi anclado en la escena de sus errores y a merced de adversarios. Cuando parte de su pueblo le reclama y sus oportunistas compañeros de viaje lo abandonan y Europa va por su cabeza, seguramente no faltaran “espontáneos” que para lavar sus culpas y hacer meritos ante el imperio, se encargarán del trabajo sucio. De civil o con cascos azules, la OTAN llegará a Libia para hacerse cargo de la octava reserva petrolera mundial. La trampa está a punto de cerrarse.

Es cierto que los imperialistas han trabajado incansablemente durante décadas para acabar con los proyectos revolucionarios nacidos con la descolonización, también lo es, como diría Eusebio Leal que: “Les han abierto las murallas desde dentro”. La corrupción, los errores y el nepotismo han puesto fin a una etapa histórica que pudo haber catapultado al mundo árabe a las cumbres de la civilización y terminó mal.

Las maniobras del imperialismo internacional, que desde el Consejo de Seguridad de la ONU, sin oposición alguna, dejan a los pueblos a merced de la voracidad neocolonial, que aunque asuma formas y modalidades actualizadas será igualmente frustrante.

La única oportunidad para los pueblos del Medio Oriente está en la innovación: ni Ben Alí, Mubarak ni Gaddafi ni sus retoños, pero tampoco con la OTAN que ya se moviliza para dar a los pueblos del Levante el abrazo del diablo.

Cuentan que los nuevos gobernantes instalados en Cirenaica no quieren armas, consejos ni intervención extrajera. Ojalá fuera así. Allá nos vemos.

Fuente: Argenpress.info